miércoles, 20 de julio de 2011

Promesas cumplidas- Crepúsculo (II)

Bella y Edward empiezan a salir a la mitad del libro. Al ser ella humana y él vampiro, él está constantemente reprimiendo su sed de sangre, así que tiene que poner a prueba sus fuerzas cada vez que la toca o la besa. Como son norteamericanos y cheerleaders y jugadores de baseball, a la cita número dos ya están conociendo a sus respectivas familias. Él se lleva a la pobre Bella a su nido de vampiros-familia, y una de sus hermanas les invita a jugar un partido de baseball en el campo. Ella, como es un corderito inocente y no ve lo que se le viene encima, dice que sí muy alegremente, como si no estuviera rodeada de potenciales asesinos (potenciales digo porque son vampiros vegetarianos que no comen humanos).

Total, que van al campo y ella no juega a nada porque es torpe, y más en comparación con los súper poderes de los vampiros. En esto que están ahí bateando y a ella cayéndosele la baba cada vez que mira los abdominales perfectos de Edward, cuando llega un grupito de tres vampiros foráneos. Obviamente, uno de ellos se la quiere comer, así que los vampiros vegetarianos urden un plan para sacar a Bella del pueblo y ponerla a salvo en Phoenix. El caso es que el vampiro que se la quiere comer, James, le engaña vilmente haciéndole creer que tiene secuestrada a su madre, y la chantajea para que no le quede más remedio que entregarse a cambio de salvar a su madre.

Y Bella, como es la perfecta mártir, se entrega. Sufre unas cuantas contusiones antes de que su amado Eddy y toda su familia vampírica la salven de las garras del malvado James.

Unos cuantos días hospitalizada y otra vez a los brazos del luminoso Eddy.

Fin del primer libro.

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