martes, 12 de noviembre de 2013

50 sombras de posesión

"50 sombras de Grey" no trata sobre una relación sadomasoquista entre un multimillonario y una recién licenciada tímida e inexperta. No es una historia de amor. No es una novela erótica.

Es una oda al maltrato psicológico. El señor Grey se dedica a minar poco a poco la ya de por sí desgastada autoestima de la señorita Steele, que pasa de ser una joven tímida pero feliz, rodeada de unos amigos escasos pero sin duda fieles, a quedar recluida como una princesa en lo alto de su torre, aislada de todo su mundo anterior y sólo acompañada del hombre que la empujó a ese encierro.

La trilogía nos muestra a un hombre que se molesta cuando su novia habla con otras personas, que es capaz de entrometerse en mitad de una reunión familiar porque una compulsión se lo impelía, que se enfada cuando ella "desobedece" sus órdenes, y que llega a comprar la empresa en la que ella empieza a trabajar para así poder tenerla controlada. Él elige la comida y el vino que van a tomar; él decide cuándo y cómo ve a sus amigos. Convierte a Anastasia Steele en una marioneta, que todavía es capaz de pensar en lo rebelde y traviesa que es cuando hace o dice algo que a él no le gusta. Es la historia de cómo un hombre adulto convierte a su novia en una niña de diez años.

Me da miedo la cantidad de mujeres que han leído estos libros con voracidad, deseando ser ellas el objeto de deseo de semejante espécimen tóxico. La autora justifica el maltrato (no digo el sadomasoquismo, digo el MALTRATO al que somete a Steele, no en el cuarto rojo del dolor, sino fuera, en su vida cotidiana) a través del pasado lacrimógeno de Grey, cuya madre drogadicta murió a su lado cuando él tenía cuatro años, y a través del cual parece permitir los abusos, chantajes emocionales y cabreos injustificados que dirige contra la chica.

Christian Grey reduce a Anastasia Steele hasta dejarla diminuta. ¿Es eso lo que las mujeres desean? ¿Que sus vidas sean reducidas a lo que sus amantes deseen hacer con ellas? ¿Que acoten sus fronteras y les limen las uñas? ¿Quieren acaso sentirse propiedad de otras personas?

No lo entiendo.

Aparte de que el desarrollo argumental de la trilogía es tan enrevesado como el asa de un cubo. ¿Es que nadie leyó la historia antes de publicarla?

lunes, 4 de noviembre de 2013

Zombie

Estoy segura de que podría invocar al Mal más terrorífico si lo deseara con intensidad. Pero no pasa lo mismo con el Bien. Con las cosas que deseo que dejen de oprimirme el corazón. Podría hacer aparecer ante mí al mismísimo Satanás, pero jamás podré deshacerme del agujero que tengo en la garganta.

Que ando lobotomizada, con un hilillo de saliva colgando de mis labios, perdida por la vida. La ilusión se ha muerto. Está muerta dentro de mí, como los fetos que se mueren dentro de su madre.

Ojalá fuera tan fácil como en mis sueños. Sé que no es un sueño porque me he mirado al espejo y no he despertado, aunque la percepción es la misma: como si manejara mi cuerpo a través de una pantalla.

Ojalá fuera un pájaro para poder volar hasta el fin del mundo.