miércoles, 29 de diciembre de 2010

Rescate

"La ventana volvió a cerrarse. Esperaron. De improviso otra voz habló, suave y melodiosa: el sonido mismo era ya un encantamiento. Quienes escuchaban, incautos, aquella voz, rara vez eran capaces de repetir las palabras que habían oído; y si lograban repetirlas, quedaban atónitos, pues parecían tener poco poder. Sólo recordaban, las más de las veces, que escuchar la voz era un verdadero deleite, que todo cuanto decía parecía sabio y razonable, y les despertaba, en instantánea simpatía, el deseo de parecer sabios también ellos. Si otro tomaba la palabra, parecía, por contraste, torpe y grosero; y si contradecía a la voz, los corazones de los que caían bajo el hechizo se encendían de cólera. Para algunos el sortilegio sólo persistía mientras la voz les hablaba a ellos, y cuando se dirigía a algún otro, sonreían como si hubiesen descubierto los trucos de un prestidigitador mientras los demás seguían mirando boquiabiertos. A muchos, el mero sonido bastaba para cautivarlos; y en quienes sucumbían a la voz, el hechizo persistía aun en la distancia, y seguían oyéndola incesantemente, dulce y susurrante y a la vez persuasiva. Pero nadie, sin un esfuerzo de la voluntad y la inteligencia, podía permanecer indiferente, resistirse a las súplicas y las órdenes de aquella voz."

El Señor de los Anillos, Las Dos Torres

lunes, 27 de diciembre de 2010

Akasha

"Y sé que siempre dices lo que piensas, por eso siempre escucharé aunque me duela"

Todo va bien. Toda va viento en popa.

Pensaba que no podría madurar más de lo que lo había hecho ya. Pero me equivoqué. Todo el mundo evoluciona cada cierto tiempo. Ideas que antaño te parecieron geniales hoy pueden parecer absurdas. Incluso ridículas. Hay cosas que me hacen arrepentirme y sonrojar cuando pienso en ellas. He madurado en eso. He aprendido que arrepentirse no es malo. Que no es malo ser humano. Es real. Y supongo que aprender a ser real es madurar un poco. Arrepentirse es aceptar que ha habido cosas que no has hecho bien. Es darle una patada al orgullo y avanzar. La única manera de aprender es saber arrepentirse.

Hablo como un capítulo de "A dos metros bajo tierra".

viernes, 24 de diciembre de 2010

Lisboa

Hay que estar feliz porque sí, porque la fecha obliga, porque la gente se pone histérica comprando chorradas y obligándote a que tú también las compres. No necesito que nadie me regale nada, ni necesito comer como una mala bestia para celebrar... ¿qué exactamente? ¿El hipotético nacimiento de un niño que hipotéticamente era una especie de enviado de Dios? ¿Qué se celebra? ¿Que nos dan vacaciones? Prefiero gastar mis vacaciones en cosas que me guste hacer, en cosas que de verdad me apetezcan. Igual que prefiero gastar mi dinero en cosas útiles. O mi tiempo, o mi mente.

Yo no quiero celebrar nada, pero lo haré igualmente. Porque me obligan, me obligo, lo que sea. Tengo un exceso de responsabilidad que algún día habré de extirpar. Ya se sabe que los excesos no son buenos, y algunos pueden incluso derivar en tumores malignos.

Me iría lejos, y me perdería, y no volvería nunca. Lisboa era lo suficientemente decadente para mí. Podría perderme allí. Podría.

miércoles, 22 de diciembre de 2010

Tic, tic, tic

Esto es temporal, creo. Tuve un blog y ahora está muerto. La vida es así, todo empieza y todo acaba; no tengo problema con eso. Puede que resucite; en eso sí que difiere un poco con la vida real. Pocos hay que resucitan, aunque se oyen casos, algunos bastante sonados.

Antes del finado hubo otro, que sigue vivo pero comatoso. No tengo nada en su contra; tiene cosas muy buenas en su historial. Pero no puedo permitirme escribir en él. Su tiempo acabó aunque sean otros los que están cayendo.

Así que abro uno nuevo. Hasta que resucite el segundo. O hasta que el ciclo me deposite de nuevo en el primero.