viernes, 8 de julio de 2011

Promesas cumplidas- Crepúsculo (I)

Hay gente que odia los best-sellers porque sí, porque si gustan a la plebe entonces son una mierda como el Sálvame Deluxe y no merecen la pena. Hoy no pienso ponerme a filosofar sobre etiquetas, prejuicios y demás chorradas. Yo también los tengo, así que me limitaré a hacer lo que prometí: resumir los libros de Stephenie Meyer porque he aprobado (oh, sí, beibi).

Bella es una chica de la cual su madre dice que nació con treinta y cinco años. A pesar de su edad mental, tiene diecisiete, por lo que las relaciones con gente de su edad se le hacen un poco frustrantes. Antes vivía en Phoenix, pero ahora que su madre tiene una relación, ha decidido apartarse e irse con su padre, Charlie el policía, a un pueblo perdido llamado Forks. El contraste de climas le disgusta al principio (del calor al frío), pero no tiene más remedio que terminar acostumbrándose.

En Forks descubre cosas de ella que desconocía. La chica nueva que aparece en mitad del curso en el instituto atrae las miradas de todos, cosa que nunca le había pasado en Phoenix, donde nadie se fijaba en ella. Ahora levanta las pasiones de algunos chicos (y también las envidias correspondientes de sus enamoradas). Pero eso a ella le da igual. Sólo tiene ojos para el chico extraño y labrado en mármol que se sienta a su lado en Biología. Edward. Es tan perfecto que es obvio que nunca va a poder hablarle. Tiene unos hermanos muy raros e igual de guapos que él. Y todos parecen igual de inaccesibles. Hasta que un día Eddy salva a Bella de morir atropellada, empujando un coche de varias toneladas con sus manos desnudas, y entonces ella inicia el interrogatorio contra él.

Poco a poco empiezan a hablar. La química es inmediata. Y además él es un vampiro. Pero no en plan dramático; lo hablan, ella le mira esos abdominales perfectos y decide que se la suda cómo sea siempre que esté así de macizo. Siempre está apoyado en la pared de enfrente cuando ella sale de sus clases, esperando con una sonrisa pícara. Él ya no come con sus hermanos y ella ya no se sienta con Jessica a la hora del almuerzo: se sientan juntos y él la mira mientras ella come. La recoge todos los días de la puerta de su casa para ir juntos a clase... Es un chollo de tío. 

Este libro gusta tanto a las niñas porque les da ilusión para creer que el maromo inaccesible que les gusta un día pueda sufrir una conmoción y enamorarse perdidamente de ellas, sin importarle que ellas sean guapas o feas. Simplemente recordándoles lo importantes que son. 

No está mal. Es una historia refrescante y de ficción absoluta en la que se engaña a las niñas freaks para que crean que tienen al alcance de su mano al chico que les gusta. Es cruel, pero no está mal.

Sigo leyendo.

1 comentario:

  1. Hace algún tiempo leí un texto sobre el mensaje tan nefasto que Crepúsculo transmite a las adolescentes. Porque, claro, no es lo mismo si lees la novela con 17 años o con 30. Estoy casi segura de que es éste. Me pareció interesante y estoy de acuerdo con gran parte de él. Trabajo con adolescentes y creo que hay mucho de cierto.

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