viernes, 1 de abril de 2011

Esa gran mole inútil

La justicia es injusta. Debería matizar: la Administración de Justicia es injusta. La Justicia es trascendente y no tiene nada que ver con los años de cárcel o la pena de multa que te caiga por hacer esto o lo otro. La Justicia pone a cada uno en su lugar, tarde o temprano. Creo en la Justicia. Pero no en la Administración de Justicia. No en la Administración, así en general.

La Administración es una mole torpe, vaga e incompetente que sirve para chupar del Estado prevaleciéndose de su superioridad jerárquica. La Administración ES el Estado, es como el demonio que posee un cuerpo. España está poseída por ese monstruo ridículo y lento que es la Administración. No hay nada superior a ella. Está en todas partes, lo impregna todo con su hedor. No puedes hacer nada sin que la Administración esté presente. Cuando naces, cuando estudias, cuando trabajas, cuando te reproduces, cuando enfermas, cuando te mueres. Siempre vigilando, siempre atenta a lo que se te pueda caer del bolsillo para engordar aún más sus filas de parásitos. Puede que en algún lugar recóndito de la Administración exista un funcionario competente. Pero sin duda su labor está eclipsada por las malas formas, las ausencias, los silencios y la tardanza del resto de sus compañeros. Desde aquí animo a los funcionarios que me lean a que pueda tragarme estas palabras y cada uno de los pensamientos que se me pasan por la cabeza cada vez que voy al INEM.

Quién no se ha sentido como un delincuente cuando un policía le ha detenido en un control de tráfico. Por qué mierdas no comen más All Bran y piensan un poco en una cosa muy bonita que se llama presunción de inocencia. Sí, tienes obligación de hacerme parar, pero no me mires como si fuera de la ETA. No cuesta tanto ser amable.

Y ahora le dicen a la panadera de mi barrio que no puede tener un horno en su tienda. El Ayuntamiento. La Administración. Que si no lo quita la van a multar. Repito: que la panadera no puede tener un horno. Cómo va a hacer el pan sin horno, me pregunto. Y salen por la tele los funcionarios que fichan y se van y no puedo evitar reírme. Es tan injusto y tan absurdo que no puedo evitar reírme.

Pobre Shao. Ojalá esa gentuza trabajase un sólo día hasta las once de la noche como ella. Se les iba a quitar la tontería.

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