miércoles, 5 de enero de 2011

Tributo

No; no me arrepiento. Era una niña distinta; a veces pedante, a veces distante. Pero siempre fui buena, siempre creativa y original. Era una niña de extremos: o todo era blanco, o todo era negro. Aborrecía y odiaba amargamente lo que no comprendía. Me importaba una mierda tener o no tener amigos. Me sentía identificada con Lisa Simpson y la emulaba. Soñaba con ser astronauta y militante de Greenpeace. Odiaba al Gobierno y a la Policía por insuflar temores en la población. Odiaba el racismo, el machismo, los vertidos de petróleo, las matanzas de toros como tradición popular y a los pumas que devoraban perezosos. Odiaba el odio, y lo odiaba de forma atroz. Tenía un amigo imaginario que me abandonó al poco tiempo. Tenía ideas, sueños, luchas, ansias. Adoraba la música clásica. Adoraba sentirme diferente. Me gustaba estar sola porque eso suponía una diferencia. Sacaba dieces en todo y eso me henchía de orgullo. El concepto de infinito me fascinaba hasta la obsesión.

Y, sobre todo, no era consciente de nada. Estaba totalmente aislada.

Esto va por ella. Por mí.

5 comentarios:

  1. Otra entrada intimista que lleva un sentido difícil de captar para quien no está en el ajo. Bueno, pero me gusta como lo escribes.
    Un beso, que te dejen los Reyes muchas cosas.

    ResponderEliminar
  2. Es que yo antes era intimista y la política me importaba una mierda. De eso va en cierta forma el post; de lo mucho que he cambiado sin darme cuenta.

    ResponderEliminar
  3. Bueno, a mí la política me han obligado a que me importe. En realidad si me dejas a mi bola yo soy poeta, montañero, cantor, borracho-parrandero y lector voraz.

    ResponderEliminar
  4. La política no nos deja ser lo que somos a tiempo completo... ¡Anarquía!

    ¿Cantas? Esa faceta no me la sabía :P

    ResponderEliminar
  5. Canto mogollón. No llego al extremo de los gitanos de ir a grito pelao por la calle, pero tarareo, me hablo a mí mismo cantando, voy en moto o bici y canto... Vamos, que soy cantarín, jajajaj. Ahora me da vergüenza decirlo, jajajaja.

    ResponderEliminar