lunes, 8 de abril de 2013

RIP

Como un sueño absurdo que no acaba nunca. Una pesadilla de las de fase REM y pijama de franela. Mil quinientos familiares, todos iguales. La misma nariz aguileña que tiene, tenía él. Y ella llorando, que llora pero todavía no sabe lo que le queda. No es capaz de imaginarse lo que queda por venir.

La cafetería es lúgubre y está como excavada en la roca. Los bollos están perfectamente guardados en sus vitrinas. La tarta de manzana tiene una pinta increíble. La gente a nuestro alrededor es taciturna. ¿Y quién no en ese sitio? A la mujer que hay sentada en la barra tomando una cerveza le suena en el móvil el "Waka-Waka" de Shakira. 

No quiero verle porque nunca he visto a nadie así. Es una carcasa, no es él, no es una persona. Lo sé. No quiero entrar a la sala porque sé que es grotesco y, en el fondo, me da un poco de miedo. Han querido que estuviera descubierto, pero creo que es un error. Recordar a alguien como una carcasa amarillenta y envuelta en un sudario.

Nunca había visto uno. Lo tienen al otro lado de un cristal, y la gente que llega se acerca y se asoma, como cuando vas a mirar las serpientes a un terrario. Es una tienda de animales, un zoo, un expositor de carcasas vacías.

Intento recordar momentos alegres, pero hacía varios años que no había ninguno. No era hombre de muchas palabras. No estaba bien. Hacía varios años que se había rendido. Estaba esperando, viviendo una vida miserable y repetitiva, ahogándose en el Pantano de la Tristeza. La Parca ha sido benévola con él y se lo ha llevado sin hacer ruido, sin hacer sangre y sin hacer sufrir. Dormía. Es lo que todos deseamos. No sufrir.

Ha venido mi benefactor, y me ha hecho muchísima ilusión, y sentirme bien me ha hecho de pronto sentirme muy mal. Sonará a chorrada, pero ha sido como si le conociera de toda la vida, y lo he sentido mucho más cercano que muchos de los parientes que entraban y salían con un rictus de dolor fingido. Tiene huevos la cosa que nos hayamos conocido en estas circunstancias tan horribles, pero aún así, me alegro de haberle visto. Y espero volver a verle.

Y ya está. Esa es la crónica de mi pesadilla hecha realidad. Agridulce. Y lo dulce me sabe amargo porque en un día como hoy no debería permitirme sonreír. 

2 comentarios:

  1. Claro que volverás a verle, está claro que es un hombre de palabra.
    Nunca, nunca, nunca, nunca, en ningún caso debería poder exponerse "the body". Nunca.
    No sé qué decir, yo sigo sin entenderlo y sigue pareciéndome absurda.

    Mmmmua

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  2. No sé muy bien de qué va... pero lo que creo es que cualquier día, cualquier momento, es bueno para sonreír... de verdad.

    Besos!

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