miércoles, 8 de febrero de 2012

Running out of time

Lo más horrible del mundo es nacer con una gran imaginación. Verte de mil maneras distintas, imaginar el mundo tan idealizado y perfecto a pesar de sus imperfecciones, pintar la vida como si realmente algún día algo de todo lo que te inventas pudiese pasar. No digo que tener imaginación suponga vivir en un mundo de hadas, pero sí lo hace todo más psicotrópico de lo que en realidad es.

Soñaba con que un vampiro me mordería y me invitaría a sus noches eternas de teatro caníbal y autodestrucción poética. Soñaba con que hacía la maleta más pequeña y triste de todas y huía a donde se me perdía la vista. Soñaba con conversaciones que nunca llegaron, pero que siempre estarán en mi mente por lo vívidas que las imaginé. Y más. Mucho más. Como en Origen, hay mundos y más mundos en mi cabeza, siglos y siglos de recuerdos y lugares que en realidad no tuvieron lugar.

Eso es lo más triste de todo. Que un día descubres que ya no eres una niña y rompes el columpio, y te pegas el guarrazo más doloroso que ha sufrido nadie nunca. Que los sueños no son más que eso. Es como si te sacaran una costilla con las manos. Es la entrada en la realidad de la forma más brutal.

He querido hacer algo nuevo. Pero me he quedado sin tiempo. Nunca tengo tiempo porque siempre me como los minutos para hacer cosas inútiles. Y me presento un mes tarde en una página web caótica que me dice que ya no lo voy a poder hacer. Que el año que viene es mi último año y no va a poder ser.

No va a poder ser. Odio esa frase con toda mi alma. La he oído mil veces, y cuanto más la he oído más la he odiado.

Tampoco es que tenga lo que hay que tener. O lo tengo, pero no puedo demostrarlo. La maldita burocracia otra vez. Cuándo se darán cuenta de que son ellos los que están a nuestro servicio, y no al revés.

El caso es que es cierto. Ya no soy una niña, he descubierto que los vampiros no existen y ahora encima esto no va a poder ser. Que sí, que no lo he luchado cuando debería haberlo hecho, que lo mencioné una vez de pasada y no he vuelto a pensar en ello. Todo eso lo sé. Pero esta época me deprime y cuando quiero algo lo quiero YA. No estoy hecha para planificar. Y no planificar es totalmente incompatible con el mundo actual.

Y lo cierto es que lo voy a hacer. Quiera el Estado o no. Es algo que necesito. Y si no es bajo el ala de la UCM, tanto mejor.

(Mentira)

3 comentarios:

  1. Hola: No sé qué tren has perdido, o qué trámites burocráticos te pillaron soñando y se te pasó la fecha para solicitar algo que realmente querías, pero ten por seguro que vendrán más ocasiones y te pillarán preparada para subirte, para agarrarlas al vuelo.

    Me ha impresionado la claridad con la que hablas de tus sueños, me he visto reflejada en lo que cuentas, cuando tenía más o menos tu edad. "La imaginación es una mierda" dije hace muchos años. "¿Por qué?" -me contestaron-. "Es lo que en más de una ocasión te ha salvado". Y es verdad. Tiene su lado bueno.

    Lo del guarrazo del columpio también lo entiendo muy bien, jaja!. Además, cuando te levantas tras haberte caído el columpio roto viene de vuelta y te da en la cabeza. Más dolor.

    La realidad se irá abriendo camino y ganando terreno. A veces es una mierda, pero también te salva, y otras veces sorprende y supera a los sueños.

    Mucha suerte, Zurda.

    ResponderEliminar
  2. Muchas gracias. Supongo que con perspectiva las cosas son mucho menos dramáticas, jeje

    ResponderEliminar
  3. Bueno, la perspectiva la da la distancia, o sea, los años, la experiencia, y como me da que te saco unos añitos y que a tu edad yo andaba más o menos así, no he podido resistirme a decirte que no, que you´re not running out of time, ni hablar. Es doloroso cuando se está dentro de la situación, sin duda, pero hay tiempo de sobra.
    Por cierto, firmo anónimo porque voy corriendo aprovechando un ratillo para leer un par de blogs y no me he conectado ni al mío pero me llamo Guinda.
    Gracias por recibirme en tu casa.

    ResponderEliminar