jueves, 3 de noviembre de 2011

(Im)parcialidad

http://www.rtve.es/noticias/20111102/jueza-murillo-pobre-mujer-encima-se-rien-estos-cabrones/472612.shtml

Lo primero que te dicen al comenzar la asignatura de Derecho Procesal, con relación al estudio del Poder Judicial, es que los jueces son IMPARCIALES, para garantizar un proceso justo y no contaminado por opiniones subjetivas.

Está claro que los jueces son personas que tienen sentimientos (en la mayor parte de los casos), pero la ley establece que eso no importa una mierda de cara al proceso, puesto que la labor de estos señores es aplicar la ley. Todo lo que se salga de ella, como los exabruptos de esta señora, contradice a la mismísima Ley Orgánica del Poder Judicial.

Una persona que ha sido capaz de aprobar una oposición de ese calibre y de colocarse en la Audiencia Nacional debería tener los conocimientos suficientes como para conocer la ley y la forma en que debe desempeñar su trabajo. Y si no es capaz de controlar sus impulsos de superioridad moral, tal vez debería dedicarse a la abogacía o a la política.

Hay una serie de derechos que TODOS tenemos, independientemente del delito que hayan podido cometer.

Ese comentario me parece una falta total de profesionalidad. Y una muestra más de que en el mundo del Derecho no triunfan los válidos, sino los ineptos con contactos. Que sí, que es la misma mecánica que en el resto de profesiones, pero se supone que el Derecho garantiza nuestra libertad.

Y con jueces parciales, desde luego que no hay garantía de nada.

3 comentarios:

  1. Ekjem, Zurda, por circunstancias he conocido a unos cuantos jueces...
    Dejémoslo en un "hay de todo".

    Besos, que he estado ausente un tiempo.

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  2. No digo que todos los jueces sean parciales, digo que me parece grotesco que una jueza de la Audiencia Nacional sea capaz de cometer semejante error.

    Y que si una jueza de la AN es capaz de actuar de esa manera, qué no harán jueces de instancias inferiores.

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  3. No, si tienes toda la razón... Quería decirte que esto que debiera ser excepcional se convierte demasiadas veces en habitual.

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